Roser Bru
Nació el 15 de febrero de 1923 en Barcelona, España. Al año siguiente se trasladó con sus padres a París donde vivió su primer exilio a causa de la prohibición de la lengua catalana impuesta por el rey Alfonso XIII (1886-1941). Cuatro años después, la familia regresó a Barcelona, ciudad donde residieron hasta 1939, cuando, tras el fin de la Guerra Civil Española y el comienzo del gobierno de Franco, salieron nuevamente del país, primero a Francia y después a Chile, donde desembarcaron en Valparaíso como pasajeros del barco Winnipeg. Ese mismo año Bru ingresó a la Escuela de Bellas Artes en Santiago, donde realizó estudios libres de acuarela, dibujo y pintura. Allí fue discípula de Pablo Burchard e Israel Roa. En 1948 formó parte del Grupo de Estudiantes Plásticos junto a otros artistas de su generación como José Balmes, Gracia Barrios, Guillermo Núñez y Gustavo Poblete, entre otros. En 1957 ingresó al Taller 99 creado por Nemesio Antúnez, donde continuó especializándose en técnicas del grabado. Entre los cargos que ha desempeñado, figura el de profesora de dibujo y pintura en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile, entre los años 1964 y 1968. En 1989 fue además profesora invitada al taller de pintura en esa misma casa de estudios. Su extensa obra ha abarcado las técnicas de la pintura, el dibujo y el grabado. Una constante en su producción artística es la elaboración de imágenes donde se producen cruces entre elementos de la biografía personal, la historia sociopolítica y la historia del arte, teniendo como temas recurrentes la muerte, la pérdida, la memoria y la constante asociación entre el pasado y el presente. En sus inicios se caracterizó por una exploración de lo matérico influenciada por el informalismo de Antoni Tàpies (1923-2012) que conoció en 1958, cuando regresó por primera vez a Barcelona. Su trabajo asumió un corte crítico, abordando recurrentemente conflictos sociales y hechos históricos dramáticos.