En la obra de Maya de Rodt va apareciendo nítidamente la esencia del espacio, cual arquitecto funde en un solo plano, los múltiples recorridos y formas que no pertenecen a un solo horizonte lineal, Maya deconstruye ordenadamente este horizonte, lo multiplica y nos invita a introducirnos en este colorido, empático y mágico mundo. Los colores si bien indispensables en toda obra pictórica, como el trabajo de las texturas, quedan en un plano secundario frente al enorme desafío, que presiente esta artista no ha aquilatado aun, pero ha logrado una plenitud, el eco de repetición en una síntesis muy atractiva y rigurosa, la "tonalidad del espacio".